Con la edad el riesgo de desnutrición aumenta considerablemente y puede ser origen de situaciones graves para el anciano. En actividades equivalentes, las necesidades nutricionales del anciano son superiores a las de una persona más joven. Así, las necesidades energéticas están en función de la edad del anciano de la actividad física y de posibles patologías asociadas.
Los adultos mayores necesitan los mismos nutrientes (proteínas, carbohidratos, grasas, vitaminas, minerales) que los jóvenes, pero en cantidades diferentes. Algunos pueden ser más necesarios que otros. Además, para los adultos mayores la fibra es esencial para mejorar la digestión y evitar el estreñimiento.